martes, 17 de enero de 2017

NAKAGIN CAPSULE TOWER

Sin duda alguna, la influencia que han tenido los arquitectos japoneses en el mundo entero es notable, hombres visionarios que mostraron al público global que lo imposible en el ramo de la construcción no existe. Uno de ellos es Kisho Kurokawa y su obra, quizá la más reconocida en Tokio, es la Nakagin Capsule Tower.




Este complejo, inaugurado en 1972, cambió paradigmas en su tiempo ya que en esencia es una torre de departamentos, pero su diseño vanguardista va más allá de un simple espacio habitacional: su arquitectura, pionera en el ámbito de la sustentabilidad bajo la corriente del «metabolismo», se basa en el reciclaje móvil, pues cuenta con 144 cápsulas independientes entre sí, todas conectadas alrededor de un núcleo central en diferentes ángulos y cada uno de estos módulos puede ser sustituido, intercambiado o ampliarse según lo requieran las necesidades de los usuarios, debido a que sus muros laterales son de hormigón y acero liviano y se ajustan con tan sólo 4 tornillos de alta tensión, permitiendo que las unidades sean reemplazables, modificables o hasta desechables sin causar grandes afectaciones a la estructura principal del edificio y empleando muy poco tiempo en ello.

Establecida en el distrito Ginza, Tokio, su finalidad fue la de proveer un lugar de descanso a la población flotante que representan los miles de trabajadores de la zona ofreciéndoles, en sus 14 pisos, cuartos de 3.8 por 2.3 metros cuadrados y 2.1 metros de altura con una ventana circular en uno de sus paneles, una cama, baño integrado, TV, radio y despertador, comodidades más que suficientes para que una persona lo habite cómodamente entre semana. Sin embargo, como se mencionó líneas arriba, el espacio interior de cada módulo puede ser manipulado mediante la interconexión de varias cápsulas permitiendo el alojo indefinido de una familia entera en lugar de un solo individuo.

Para finalizar diremos que la importancia que representa la Nakagin Capsule Tower en la arquitectura contemporánea es el afán de Kurokawa, quien observó que las ciudades japonesas tenían una «vida útil» temporal e impredecible ―no olvidemos que Japón es una tierra azotada constantemente por severos ciclones y fuertes terremotos que han devastado poblaciones enteras―, por lo cual buscaba la forma más eficaz de trasladar una vivienda o, en su defecto, volver a construirla sin tantos contratiempos.

Abraham Cababie Daniel

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