Uno de los destinos turísticos más populares con justa razón es el
Taj Mahal, una de las grandes obras de la humanidad y por ello declarada como
Patrimonio de la Humanidad. Y para ser justos, lleva mucho más tiempo en la
tierra que algunos países como tal, puesto que este complejo de edificios se
empezó a construir en 1631 y tardó veintidós años en terminarse, lo que sucedió
en 1653 por orden del emperador Sha Jahan.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTOEL TAJ MAHAL, INDIA
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Hasta hoy, el Taj Mahal se ostenta como una de las grandes obras
arquitectónicas de la cultura mongólica, aunque también tiene elementos
islámicos, persas, turcos y por supuesto, indios. Una de sus grandes
características es la proporción que guarda en la simetría entre sus elementos;
de hecho, la única que existe es que el emperador que mandó construirle fue
enterrado en el mausoleo al lado de su esposa.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTOEL TAJ MAHAL, INDIA
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El elemento que resulta más llamativo es la cúpula acebollada, que
es algo distintivo de la cultura islámica, mientras que en su grabado hay
alusiones a la flor de loto y para coronarle, en la punta hay un ornamento que
resulta hasta discreto.
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ABRAHAM CABABIE DANIEL. FOTOEL TAJ MAHAL, INDIA
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Las que están a los lados no son sino chattris, que básicamente son
una forma de kiosco, en cualquiera de las estructuras, éstas bajan hasta
encontrarse con un tambo que funciona como conector y soporte.
También hay cuatro pares de arcadas o portales propios de la India,
mientras que arriba de la puerta principal tienen insignias del Corán. A los
lados, le hacen guardia unas torres similares a faros.
Hay una atención inusual en los detalles más pequeños que fomentan la
leyenda de que el emperador mandó a amputar las manos de todos los artistas
involucrados para que no pudiesen volver a hacer algo de tal magnitud. Aunque
por supuesto que es sólo una leyenda.
Abrahama Cababie Daniel
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