Me encontraba en Chile cuando escuché sobre el incidente diplomático
entre México e Israel a causa de un desafortunado tuit. Estaba seguro, hasta
cierto punto, de que el suceso no pasaría a mayores, pero me pareció buena idea
acercarme a la comunidad judía para entender un poco que aquellas palabras no
representaban la opinión de todos.
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Fue así como me encontré en el área metropolitana de Santiago con la
sinagoga C.I.S, que también funge como centro comunitario. Y bastó solamente un
vistazo al exterior, para saber que esa debe de ser una de las sinagogas más
bonitas que haya visto.
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De no ser por la menorá a mayor escala que hay al frente de la
sinagoga, bien podría pasar por una biblioteca o un espacio cultural pues la
pared que da hacia el frente está conformada por unos impecables vidrios.
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Si se recorre del lado derecho, podremos apreciar una fuente con un
estanque de agua limpia, por la cercanía que tiene el elemento con la religión.
Del lado izquierdo está un hermoso vitral, del que hablaremos más adelante pues
se le aprecia mejor por dentro del edificio.
El espacio destinado a la oración es de los más ecuánimes que haya
visto. Las paredes semejan un poco a las de la Basílica de Guadalupe, en cuanto
a que tienen pequeñas tiras metálicas a lo largo de las mismas. Un par de
series de focos, más discretos que candelabros, penden del techo. Además, como
ésta sala tiene forma cuadrada, las butacas rojas están a acomodadas de la
misma manera.
Pero el gran atractivo es el vitral que había mencionado antes.
Cuando el Sol baja detrás de ésta, se ilumina todo en un contrastante azul y en
él se pueden observar una paloma y un árbol; y al ser más comunes las formas de
santos, esta visión es refrescante.
Abraham Cababie Daniel
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