Cuando alguien
sale de vacaciones, ya sea dentro de su propio país o a uno bastante lejos,
estamos de acuerdo en que se busca una experiencia de vida completa. Es decir,
que involucre todos sus sentidos la comida, los lugares que visita y lo que
compra; en este sentido, el sitio que elige para pasar la noche, ya sea un par
o umás meses, tiene que ser igual de espectacular. Y no me refiero a costoso o
extravagante, sino que sea también, algo digno de contar.
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Justamente así
tiene que ser el Oasia Hotel Centro, en Singapur. Desde su concepción ya
pintaba para ser algo ambicioso, pues se encuentra justo en el corazón de la
ciudad, por lo que las opciones de construcción no eran muchas, todo habría de
ser concebido en vertical y aún así, tener todos los elementos que se esperan
de una estancia: áreas verdes, una gran vista y al menos una piscina.
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Con todas esas
expectativas cumple este hotel cabalmente pero lo hace llevando el concepto a
otro nivel. Se trata de un rascacielos, construido por la firma de arquitectos
WOHA, quienes elevaron lo que podría ser el futuro de la Arquitectura dentro de
la ciudad pues se está hecha con la firme mentalidad de aminorar los estragos
que se le han hecho al terreno.
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La fachada está
recubierta de una malla roja por la que trepan al menos veinte especies de
plantas a la vez que se le brinda una sensación térmica al interior. Justo a la
mitad encontramos un enorme hueco por el que se puede ver una piscina con una
vista inmejorable: la de la ciudad entera.
Al otro lado y
de la misma manera, hay un campo verde en el que el huésped se puede recostar y
disfrutar del clima.
Entre el
bullicio de la ciudad, un edificio rojo por el que suben plantas,
definitivamente roba miradas.
Abraham Cababie
Daniel
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